Angela y Michael Bakker estaban encantados cuando descubrieron que esperaban una niña. Sin embargo, surgieron problemas cuando Angela tenía sólo 25 semanas de embarazo y comenzó el trabajo de parto… 15 semanas antes de lo programado. Las probabilidades de mantener a Naomi Joy viva y sana eran escasas; mamá y papá estaban profundamente preocupados.
Luego de un parto exitoso, el personal especializado de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales del hospital vigilaba muy de cerca a la bebé de 12 oz, apenas una libra, proporcionado cuidados adicionales a la diminuta bebé que necesitaba un ambiente controlado para seguir creciendo… sólo se permitía que los padres la tocaran con extremo cuidado.
Recién después de dos largas semanas, cuando Naomi estaba algo más desarrollada, que el médico dio el visto bueno para que sea cargada por sus padres fuera de la incubadora. Este es un enfoque llamado “cuidado canguro”, en el que los bebés prematuros son colocados contra la piel de la madre para ayudar a estimular el crecimiento y la salud del bebé.
Aún cuando Naomi seguía siendo diminuta, los médicos sintieron que estaba lo suficientemente estable como para ser cargada, y con la ayuda de 8 enfermeras propiciando el traslado de la incubadora al pecho de su mamá, Naomi pudo ser abrazada y formar un vínculo.
Angela estaba feliz cuando finalmente pudo cargar a su bebé, y lo hizo cada día durante los siguientes 128 días que Naomi estuvo en el hospital. Gracias al apoyo del equipo, y a la esperanza inquebrantable de mamá y papá, ¡ahora Naomi es una niña feliz y sana, con mejillas regordetas y todo!
Haz clic abajo para ver toda la historia de esta pequeña luchadora con voluntad de vivir.