Aprender a conducir es un rito de iniciación. Un hito para los adolescentes que se están convirtiendo en jóvenes adultos. Conducir simboliza la libertad e independencia, y tener tu primer auto significa haber logrado todo eso. Uno nunca olvida su primer auto. Para algunos de nosotros, puede estar un poco usado y gastado, para otros quizás sea nuevecito. Para este joven, hay mucho más en la historia que lo que el ojo ve… es un auto que es un vínculo con su pasado.
Justin Rozier tenía solo 9 meses de edad cuando su papá, el Teniente Primero Jonathan Rozier, murió en el extranjero, ni siquiera 12 horas después de que su esposa Jessica Johns sin darse cuenta tuviera su última conversación contándole las novedades sobre su hijo. Justin nunca llegó a conocer a su padre.
Poco después de la muerte de su esposo, Jessica tuvo que vender el auto de Johnathan, un Toyota Celica 1999 convertible, para poder llegar a fin de mes. Ahora, 15 años después, Justin es un joven listo para aprender a conducir. A la edad de 16 años, su hijo mencionó a Jessica que quería el viejo auto de su papá, expresando lo bien que se sentiría tener esa conexión con su padre. Y mamá no podía estar más de acuerdo, aunque encontrar ese auto podría ser prácticamente imposible.
Pero no se dio por vencida y confió en los poderes de Facebook para que la ayudaran. Publicó la marca, el modelo, su número de fabricación y el trasfondo de la historia, lo que llamó la atención de Justin Fox, un buen samaritano que maneja una organización sin fines de lucro, “Follow the Flag” (“Sigue a la bandera”). Fox recaudó dinero de donaciones y voluntarios para restaurar el auto y prepararlo para sorprender al chico y su madre en su cumpleaños número 16. Qué fantástica sorpresa con una gran historia y reacción.
Haz clic abajo para ver esta bonita historia de un chico que logra llevar un poquito de su padre dondequiera que va.