¿Alguna vez sientes que necesitas desesperadamente algo dulce? (Honestamente, a mí me pasa todo el tiempo. Uf.) Quizás deseas un helado bien frío durante un día caluroso. O quizás eres como yo y te encanta un delicioso brownie tibio recién salido del horno. Y de vez en cuando quizás desees con desesperación una dona glaseada o una dona helada con azúcar. ¡Creo que Homero Simpson indudablemente lo aprobaría!
Parece que dar un mordisco a una dona porque sí, no es algo emocionante solo para Homero, sino también para los nietos de Kevin Procopio. Poco después de que Procopio recibiera la noticia de que su familia en Saugus, Massachusetts, estaba sufriendo de una claustrofobia importante, tuvo una idea para alegrarles el día sin violar las recomendaciones de distanciamiento social.
Procopio, siendo el abuelo considerado que es, pidió a su familia que saliera a su terraza y esperara. Momentos después, los tres nietos, todos de menos de cinco años, quedaron asombrados cuando vieron un pequeño dron pasando lentamente sobre su terraza. ¡Sep, el dron estaba siendo pilotado por el propio abuelo!
Cuando el dron comenzó a descender hacia el suelo, los nietos recibieron una caja, que estaba colgando del dron. ¡Dentro de la caja había unas deliciosas donas de Munchins Dunkin’ Donut para que las disfrutaran! Esta es una manera genial de poner una sonrisa en el rostro de un niño.
Ambos pequeños y los adultos de la casa estaban asombrados cuando vieron llegar el dron sorpresivamente delante de sus ojos. Y estoy bastante segura de que se les hacía agua la boca cuando vieron el contenido de la caja. ¡¿Quién se resiste a una dona?!
Creo que historias como esta nos recuerdan que hay muchas formas alternativas en que podemos conectarnos con las personas que queremos, incluso durante este brote global. Aunque nuestros seres queridos estén en cuarentena en otra casa, aún podemos llegar a ellos y poner una sonrisa en sus rostros, incluso si no podemos estar allí en persona.
Todo lo que puedo decir es que nunca más volveré a dar por sentado un viaje hasta la tienda de donas de mi zona. Nada es mejor que entrar a una tienda que huele así de bien y sentarte a disfrutar una dona fresca con leche fría. Un día muy pronto los nietos de Procopio no tendrán que recibir donas enviadas por su abuelo, sino que podrán ir y disfrutar sus donas donde ellos quieran.
¡De cualquier manera, Procopio es un abuelo genial por haber hecho lo que hizo! Míralo enviar las donas con su dron abajo. (Eh, abuelo, ¿crees que podrías enviar una o dos cajas a mi casa también?).