Aunque la mayoría de los embarazos terminan con bebés sanos, la realidad es que las complicaciones pueden surgir, y por ello es importante que las futuras madres visiten a su médico con regularidad. Muchas complicaciones pueden aparecer si un bebé está de nalgas al llegar a término. ¿Qué significa esto? Normalmente, los bebés están en posición cabeza abajo en el útero de la madre. Pero un bebé de nalgas es un bebé que está invertido, en posición de pie.
Si un bebé está de nalgas, tiene serios riesgos de complicaciones durante un parto tradicional. En consecuencia, habitualmente los médicos recomiendan que los bebés de nalgas nazcan por cesárea. Por supuesto, un parto por cesárea tiene su propio conjunto de riesgos, por lo que el escenario ideal es que el médico gire al bebé mientras aún está en el útero de su madre. Como puedes imaginar, es mucho más difícil de lo que parece.
Cuando Jess Muckleston fue al Hospital Royal Sussex, en Brighton, tenía 36 semanas de embarazo con un bebé de nalgas. El médico decidió realizar un procedimiento conocido como Versión Cefálica Externa (ECV), con la esperanza de girar al bebé. Advirtió a Jess que el procedimiento podría ser incómodo. “Si no puede tolerarlo, sólo dígalo”.
El médico comienza a masajear la panza de Jess, y luego intenta girar al bebé físicamente a la posición correcta. Luego de dos minutos, el médico usa el ultrasonido para comprobar el bebé, y el resultado no es nada menos que asombroso.
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