Me encanta escuchar historias como esta. Estos son pequeños granitos de calidez y rayos de sol en épocas de crisis y dudas. A veces es fácil olvidar que todos estamos en esto juntos. Mientras tanto, cada uno de nosotros debe hacer lo mejor que pueda para sobrellevar todo de la mejor manera posible y siendo amables mientras lo hacemos. La amabilidad de unos con otros y la bondad de desconocidos, especialmente, hace que pasar por situaciones complicadas de la vida sea un poco más llevadero, y cuando estás entre la espada y la pared, puede marcar la diferencia.
Joy Ringhofer (¡el nombre perfecto para esta mujer, si me lo preguntas!), (Joy = Alegría), es voluntaria en el hospital de Arizona donde Ru-Andria nació. Y cuando Rubin, el papá, quedó en medio de una situación muy precaria, Joy vio un hombre y su bebé necesitados y ofreció su ayuda de la única forma que pudo.
Rubin Swift viajó desde Ohio a Arizona para recoger a su hija de 4 días en el hospital, donde conoció a Joy. Joy, como voluntaria, estaba meciendo a su pequeña para dormirla, cuando comenzaron a hablar y conocerse un poco mejor. Luego de su reunión, Rubin tenía reserva en un vuelo de regreso a Ohio con Ru-Andria, y se aseguró de tener toda la documentación adecuada para poder volar con su bebé sin contratiempos. Lamentablemente, ese no fue el caso. La empresa de transporte lo rechazó, a él y a su bebé, aún con toda la documentación en regla. Ru-Andria debía tener al menos 7 días de vida para volar.
En un ataque de pánico, Rubin llamó a Joy, quien dijo inmediatamente: “¡Voy a buscarte y te llevo a casa!”. Rubin supuso que Joy iba a subirlo a su auto y llevarlo conduciendo todo el camino hasta Cleveland. Pero en lugar de ello, Joy tenía otro plan que terminó salvando el día (¡o la semana!) tanto para papá como para el bebé.
Haz clic abajo para ver cómo Joy cambió la vida de dos personas en una emergencia. ¡Esta es una gran historia!