¡Bodas! Amo ir a bodas, porque aunque pueden llegar a ser bastante caras, incluso para los invitados (especialmente cuando terminas teniendo que ir a ocho bodas en el plazo de cinco meses, pero estoy divagando…), ¡son ocasiones tan hermosas y felices!
Para la mayoría de las personas, su boda es la mayor y más importante celebración de sus vidas. Y por ello siempre me siendo honrada de ser parte de esas ocasiones tan trascendentales.
Pero las bodas pueden ser algo complicado también. Una delirante cantidad de tiempo se va en planear cada pequeñísimo detalle, desde el lugar a las flores, pasando por el vestido de novia. Y nada de eso es barato tampoco. ¡De hecho, una boda promedio en USA cuesta más de 26.500 dólares! Es realmente asombroso cómo se acumulan rápidamente todas esas pequeñeces. Con tanto en la cola de espera, lo último que necesita una novia es un montón de niños interrumpiendo la ceremonia. Y ¿por qué harían semejante cosa?
¡Conozcan a Shannon! Ese día tan especial finalmente ha llegado para que Shannon se case con el amor de su vida.
Shannon era la hermosa novia que se casaría con el amor de su vida, Rick, frente a 130 invitados en la Iglesia de San Juan, en las Cataratas del Niágara, Ontario. Era el momento que había estado esperando. Como la mayoría de las novias, Shannon pasó mucho tiempo planeando meticulosamente para garantizar que su boda sería lo más perfecta posible. Y hasta ahora, todo bien. Todo iba de acuerdo al plan a su alrededor todo eran sonrisas. ¡Qué alivio!
Pero ¡repentinamente uno de los jóvenes invitados saltó de su asiento e interrumpió la ceremonia!
Ufff. Es materia para pesadillas… De la nada, un chico se levanta sumiendo en la confusión a todos en la iglesia. ¿¡Qué diablos hace este chico!? ¿Hará que esta boda se vaya al garete? ¿¡Dónde están sus padres!? ¡Tantas preguntas!
Nadie puede creer lo que sucede, pero finalmente él abre la boca…