Fue en 2013 que la tragedia golpeó a Heather Clark. Como muchas otras madres hacen todos los días, Heather confió a su hijo de 7 meses, Lukas, a una canguro. Pero cuando Lukas no paró de llorar, el novio de la canguro comenzó a abusar físicamente de él. Recién cuando Lukas dejó de respirar la canguro llamó al 9-1-1. Lukas fue llevado al Centro Médico Hospital Montclair y luego transferido al Hospital de Niños de la Universidad de Loma Linda, donde se le declaró con muerte cerebral.
Heather quedó absolutamente devastada pero en medio de la pena y el dolor, tomó una decisión muy difícil pero desinteresada que cambiaría para siempre las vidas de otras familias. Heather decidió donar los órganos de su pequeño niño a quien los necesitara.
Heather explicó por lo que estaba pasando cuando tomó la decisión: “Hay otra familia allí fuera, en alguna parte, ¿sabes? que está sintiendo algo de lo que yo estoy sintiendo, de alguna manera, y tengo la oportunidad de hacer que ellos no tengan que pasar por lo que yo estoy por pasar”.
Tres de los órganos de Lukas fueron donados a otros niños que necesitaban desesperadamente una oportunidad para vivir. Uno de esos niños fue Jordan Drake. Jordan nació con una enfermedad coronaria congénita y pasó la mayor parte de su vida en un hospital. Este trasplante de corazón salvó su vida. Años más tarde, la mamá de Lukas, Heather, y la mamá de Jordan, Esther, se encontraron por primera vez.
Usando un estetoscopio contra el pecho de Jordan, Heather pudo escuchar los latidos de Lukas una vez más. Jordan, también dio a Heather un regalo: Un muy especial Oso de peluche que contiene una grabación de los latidos del corazón de Lukas. Mira el video de abajo y ten a mano una caja de pañuelos de papel.