Viviendo en la ciudad, ya estoy demasiado asustada como para montar en bicicleta. Si es un recóndito camino despejado, como una senda libre de tránsito, entonces no tengo problemas. Disfruto muchísimo montando en bicicleta por diversión y como medio de transporte. Hay algo tranquilizante y meditativo en la experiencia completa. Vas a una velocidad más rápida que al caminar, pero más lenta que al conducir, por lo que puedes ver y absorber mucho más, pero tampoco vas a paso de tortuga. ¡Montar en bicicleta te permite tener un momento extra para apreciar las cosas buenas!
Estoy bastante segura de que eso es lo que este hombre hacía durante su paseo en bicicleta. Todo iba como normalmente lo hace, en su viaje diario, cuando un espectador estuvo en el momento y lugar correctos para captar esta inusual escena con su cámara.
El fotógrafo Jasoprakas Debdas captó el momento en que un hombre en bicicleta es perseguido por una visiblemente enojada elefanta. El video comienza con el hombre montando su bicicleta a buena velocidad en dirección opuesta al gran animal. Puede notarse lo rápido que corre la elefanta por la cantidad de tierra cayendo y quedando detrás de ella sobre el camino. El ciclista acelera, mira hacia atrás y luego sale de la vista de la cámara.
El video se queda con la elefanta por un momento, y ella se aproxima al costado del camino. Los autos y camiones en el otro extremo están detenidos, y completamente inmóviles, inseguros cuál será el siguiente movimiento de la elefanta, o qué hará a continuación. De lo que no se dio cuenta el ciclista fue que no estaba siendo perseguido de forma agresiva, sino que estaba siendo ahuyentado.
La elefanta literalmente está despejando el camino para su familia. Están esperando en el arcén, en la jungla, por una señal de que es seguro cruzar. Esta dulce y amable gigante sólo pretendía asegurarse de que no hubiera autos o ciclistas que molestaran el cruce seguro de su familia. El instinto maternal y protector de esta mamá es fuerte y amoroso, y es capaz de guiar a su familia al otro lado, sin daño. No quiere hacer daño a nadie, y no quiere que los humanos dañen a sus pequeños. Puro y simple. Y un perfecto ejemplo de que las cosas no siempre son lo que parecen.
¡Haz clic abajo para ver a esta elefanta cuidando concienzudamente a su manada!