Un día Rachel advierte que su maestra de matemáticas estuvo llorando. Su maestra le explica que su gato de 16 años había fallecido. Entonces, ¡sus estudiantes hicieron algo maravilloso para animarla!
Muchos estarán de acuerdo que la enseñanza es una carrera abnegada que no es suficientemente reconocida. Los maestros trabajan incansablemente durante el semestre además de fines de semana y en vacaciones para moldear a jóvenes mentes e inspirar a otros. Y aunque la paga no es ni remotamente acorde a su esfuerzo y duro trabajo, lo hacen porque sienten pasión por hacerlo. Este es el tipo de profesión que muestra realmente el fabuloso trabajo que todos somos capaces de hacer.
Entonces, vuelve a tus días en la escuela. Seguramente has tenido una maestra que adorabas completamente. Una que siempre te hizo sentir inteligente, especial, y dispuesta a hacer esa milla extra para asegurarse de que tú alcanzaras tu máximo potencial. Así es como muchos estudiantes de la Escuela Joshua describen a su maestra de matemáticas, la Sta. Andrews. Así que cuando se enteraron de que había sufrido una pérdida en su vida, quisieron hacer algo especial para ella.
La Sra. Andrews, una amante de los gatos, tenía un minino hermoso llamado Blondie. Había cuidado de ese gato durante 16 años, pero lamentablemente Blondie murió. A causa de ello, una estudiante de nombre Rachel Hanhart vio a su maestra de matemáticas sollozar calladamente. “Estaba sentada en su escritorio y todos estábamos haciendo nuestro trabajo”, dijo Rachel. “Ella comenzó a llorar y le preguntamos qué pasaba. Ella nos contó que su gato de 16 años había muerto”.
Ese día, Rachel y su madre buscaron online un deslumbrante gatito que necesitara un hogar. Encontraron no uno, sino dos, e inmediatamente contactaron al vendedor, llevaron los dos gatitos, junto con pastelillos y flores, a la escuela como regalo para la Sra. Andrews.
Todos estábamos conmovidos antes que siquiera entrase a la clase”, dijo Rachel. “No disgustados, sino más que nada ansiosos”. Cuando los compañeros entregaron a su maestra el regalo, ella quedó completamente desconcertada y extática, “La Sra. Andrews comenzó a llorar por las flores, pero entonces vio a los gatitos y ni siquiera sé cómo describir su reacción”, dijo Rachel. “Fue fabuloso. Creo que ya en ese momento tenía lágrimas en sus ojos”.
La Sra. Andrews decidió llamar a los dos gatitos Missie y Girlie.
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