Realmente nadie lee la letra chica. Un confía ciegamente que todo estará a su favor, y sólo firma lo que debe firmar. No me sorprende lo que estoy por decir, y probablemente a ti tampoco: Quizás uno debería comenzar a leer la letra chica. ¿Qué me lleva a decir esto? Sólo la mujer que leyó la letra chica y cobró $10.000. Y ahora que estás intrigado, vamos a averiguar qué fue lo que sucedió.
En febrero de 2019, la maestra de secundaria Donelan Andrews estaba contratando una póliza de seguro de viaje a Squaremouth por $400 dólares. La mayoría de la gente hubiera comprado el seguro, recibido la póliza y nunca la hubieran leído.
Sin embargo, Donelan “se auto define como una nerd sin remordimientos que dice que siempre lee la letra chica, ya sea de un acuerdo de usuario de un software digital como los que la mayoría de nosotros dejamos pasar rápidamente antes de hacer clic en la casilla, o una póliza de seguros de viaje”, dice el Tampa Bay Times.
Entonces, Donelan imprimió la póliza y comenzó a leerla. En la página siete de un documento de unas 4.000 palabras, una sección llamada “Vale la pena leer”, en medio de una jerga que sólo los abogados podrían comprender, decía: “En un esfuerzo por resaltar la importancia de revisar la documentación de las pólizas, hemos lanzado Vale la pena leer, un concurso que premia al individuo que lea la información de su póliza de principio a fin. Si usted está leyendo esto dentro del periodo del concurso… y es el primero en contactarnos, podría ser el ganador del gran premio del concurso Vale la pena leer, de diez mil dólares”.
Squaremouth había escondido las instrucciones para reclamar el premio, sin suponer en realidad que alguien fuese a ganar. Se suponía que el concurso duraría todo un año, y el plan de la compañía era donar los $10.000 a alguna organización de beneficencia si nadie lo reclamaba.
Era una idea que la compañía había planeado durante años, y se aseguraron de manejarla cuidadosamente para que nadie pudiese comprar una póliza barata y reclamar el precio con facilidad. Sólo seis personas en la compañía sabían del concurso, y habían jurado guardar el secreto.
Sin embargo, Donelan envió un email a la empresa y recibió un llamado al día siguiente para confirmar que había ganado los $10.000. Lo que se suponía que sería un concurso de un año, planeado cuidadosamente durante años, terminó en sólo 23 horas. Todo porque una mujer decidió leer la letra chica.
En cuanto a la Sra. Andrews, utilizará el dinero para ir a Escocia para su 35º aniversario de bodas.
Si quieres saber más sobre esta gran historia, ¡mira el video de abajo!