Cuando vamos a la escuela, todos queremos sobresalir. Queremos tener la mejor ropa, el mejor peinado y la mejor mochila. Aunque tener estas cosas nunca nos ayudó a ganar “estatus” en el patio de la escuela, indudablemente nos dieron la tan ansiada confianza, y quizás nos ayudaron a ganarnos algún que otro cumplido también.
Al tener hijos propios, sin embargo, tendemos a ver las cosas de forma algo diferente. Si bien queremos que nuestros hijos se sientan cómodos consigo mismos y se lleven bien con sus compañeros, somos perfectamente conscientes de que el dinero no crece en los árboles. Aun así, intentamos hacer lo mejor que podemos para que tengan la ropa, calzado y utensilios escolares que desean. ¡Ser genial en la escuela, después de todo, es todo un tema para un estudiante!
Haley Hassell, mamá soltera de Cantonment, Florida, indudablemente quería que su hija de 6 años, Presleigh, se diera el lujo de tener utensilios escolares lindos cuando le compró el estuche lapicero que le había pedido. De hecho, la dedicada mamá fue a tres tiendas diferentes para conseguirlo.
Hassell, quien suponía que su hija estaría emocionada por tener el estuche de sus sueños para el año escolar 2019, quedó atónita cuando repentinamente cambió de opinión.
“Cuando la sorprendí con esto esta tarde (sabiendo que estaría extasiada), lo miró fijamente y lo tiró a la basura, y luego dio un portazo, gritando ‘Eso es estúpido, todos en mi clase lo tienen… ¡ya no lo quiero!”, cuenta la sorprendida madre en una publicación en Facebook.
Si bien Hassell se sintió herida y confundida ante la reacción de su hija, sabía que debía enseñarle una valiosa lección. Después de todo, al ser criada por una madre soltera, Presleigh debía comprender que tener útiles escolares geniales, y ni hablar de un estuche lapicero, es algo que no debía darse por descontado.
“Probablemente me salía humo por las orejas y traté con gran esfuerzo no enfurecerme con esta niña habiendo trabajado tan duro para encargarme de ella completamente por mi cuenta financieramente y asegurarme de que siempre tuviese lo que necesitaba y algo más. PERO creía que siempre le había enseñado a ser agradecida y a que supiera la suerte que tenía, ¡¡pero aparentemente necesitaba una pequeña llamada de atención!!”.
Entonces la madre le dijo a Presleigh: “OK, está bien. Ahora te daré algo que vas a usar”, y tomó una bolsa Ziploc que decía “Estuche Lapicero de Presleigh” con rotulador negro.
Hassell no solo bajó de categoría el ansiado estuche de su hija, sino que dijo a Presleigh que el estuche nuevo iría a las manos de un niño menos afortunado que ella.
“Le dije que lo sacara de la basura y que buscaríamos a una niña para dárselo mañana, una con una mami y un papi que no tuvieran dinero suficiente para útiles escolares, o una que ni siquiera tuviera mamá o papá. Le expliqué que ella no tenía derecho a nada especial, y que daba por sentado lo afortunada que es. Así que, por ahora, usaría una bolsa Ziploc y entregaría personalmente el estuche nuevo a una niña que pudiera beneficiarse de él”.
Si bien algunos de los que comentan la publicación de Hassell creen que el castigo fue demasiado duro, su meta era enseñar a su hija a ser agradecida por lo que tenía.
“Verdaderamente creo que cambiar tu percepción y ser agradecido puede dar vuelta cualquier situación en la vida”, termina la madre en su publicación viral en Facebook, que ha sido compartida más de 60.000 veces.
Entérate de más sobre esta historia de gratitud abajo. ¿Crees que la lección que Hassell enseñó a Presleigh fue demasiado cruel?