Mary Glasure está literalmente en medio de sopesar los pros y los contras de las más invasivas formas de tratamiento del cáncer: la quimioterapia. Está en la oficina del médico con folletos y formularios desparramados sobre la mesa, preparándose mental y psíquicamente para saber cómo se desarrollará el siguiente capítulo de su vida.
Comprensiblemente, está preocupada. Su mente está llena de “¿Y si…?” y “¿debería…?”, rodeada ori algunas amigas y un médico que no es muy complaciente con sus necesidades.
El video comienza con Mary muy concentrada en el estado actual de las cosas, intentando examinar cuidadosamente sus opciones, cuando el médico hace un comentario al pasar terriblemente insensible: “Tengo una cita para almorzar a la que llegar, apúrese”. Mary ríe incómodamente en voz alta y aleja su mirada del médico, justo cuando él se quita la máscara, revelando un rostro familiar; uno que Mary no ha visto en dos años.
La cabeza de Mary se gira para ver el rostro de su hijo, y se quiebra, su propio rostro en sus manos y su cabeza en su regazo. Está estupefacta, y le lleva un momento ponerse de pie y abrazarlo. Y cuando finalmente lo hace, está fuera de sí de incredulidad. Lágrimas de alegría cuando se abrazan y celebran su regreso al hogar.
Echa un vistazo al video de abajo para ver la dramática reacción de Mary. ¡Por suerte ese grosero comentario sólo era parte del acto!