¿Qué es una boda sin baile? Ya sea la primera pieza de la pareja, el abuelo haciendo el baile de la gallina o unirse al tren de la conga de la tía Lucy, toda pista de baile de una boda se llena de voluntariosos participantes.
Toma como ejemplo esta boda irlandesa. Amigos y familia se reúnen en la pista esperando que esta niña de 9 años haga lo suyo, que no le lleva mucho tiempo. Échale la culpa a la música folclórica tradicional irlandesa, porque es el tipo de cosa que está hecha para que te muevas, sin importar tu edad.
Mira como entra en la pista y entrega todo lo que tiene, ganándose al público, que aplaude y la anima. Ella galopa y brinca en círculos, mientras su hermano menor está detrás jugando, imitando cada uno de sus movimientos. El pequeño es tan bueno como ella estando en su mundo allí detrás. Puede escucharse a los espectadores en el fondo, diciendo “¡Oh, mira a Michael!”.
La banda sigue tocando la vivaz balada, pero sólo segundos más tarde, uno de los integrantes dice: “¿Quién va a unirse a ella en la pista? ¡Vamos!”, a lo que el pequeño ansiosamente corre al lado de su hermana mayor con una sonrisa en su rostro mientras baila a la par que ella.
Como si no se tratase de un asunto familiar ya, momentos después la abuela irrumpe en escena y escuchamos a un hombre gritar más fuerte que un hincha en un estadio deportivo cuyo equipo acaba de marcar el gol de la victoria en el desempate. ¡Gol de la abuela! La espontanea aparición de la invitada hace que la multitud enloquezca, probando que todas las generaciones pueden bajar y bailar en una boda. ¡La contagiosamente divertida música irlandesa no hace daño tampoco!
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