¿Alguna vez hiciste una venta de garaje? Yo sí. No es tan divertido como parece. Buscas por toda tu casa, la habitación de los niños, el garaje, el ático, y te das cuenta de que tienes montones de cosas que jamás usas. Los chicos indudablemente están grandes para esos juguetes. Si no está en un teléfono inteligente, probablemente no lo extrañarán. Entonces, reúnes toda esa ropa, juguetes, electrónicos viejos, chismes, y herramientas que jamás vas a usar. Quizás hasta le ofreces a tus vecinos que se unan a la diversión. Eliges un día, probablemente un sábado, y cuelgas carteles de “Venta de Garaje” por todo el vecindario. Cuando llega el día, colocas todo cuidadosamente en el jardín con su precio de venta. Entonces pasa una de dos cosas: O llueve o hace tanto calor que nadie aparece; definitivamente no una celebridad. Vuelves a empacar todo y lo llevas a donar como deberías haber hecho desde el inicio.
Cuando estos dos niños ya eran demasiado grandes para su enorme oso de peluche de 8 pies y medio, su papá pensó que sería una buena idea que aprendieran algo iniciar un negocio. Los envió fuera, al sol y al calor, a vender el oso. Pedían sólo $50 (obviamente un gran negocio para un oso prácticamente de tamaño natural) pero estaban dispuestos a aceptar menos. Luego de esperar alrededor de una hora, un Cadillac blanco impecable se detuvo en el bordillo. Y de él salió Angelina Jolie. Correcto. ANGELINA JOLIE y Shiloh se detuvieron para comprar el oso.
Quizás lo más divertido es que los mellizos no tenían la menor idea de quién era ella. Estaban sencillamente contentos de haber conseguido vender el oso. Ella fue muy cortés, gentil, y por supuesto, hermosa. Entre todos lucharon para encajar el enorme oso en la cajuela. Entonces, cuando ella supo lo que los chicos pedían por el oso, ¡les dio $50 a cada uno! Exacto, chicos, la lección que aprendimos hoy es que cuando vendes cosas a la vera del camino, a veces aparece una hermosa estrella de cine para comprarlas.