Confesaré algo: Odio ir al médico. Es uno de esos lugares a los que debo obligarme a ir cuando estoy muy enferma y necesito atención médica. Incluso entonces pueden estar seguros de que probaré cualquier excusa para evitarlo. Normalmente no tengo suerte y termino charlando con las demás personas en la sala de espera muy pronto.
Si hay alguien que sabe lo que siento sobre ir al médico, entonces debe ser Enzo, el Pastor Alemán. Dada su reacción en el momento en que se da cuenta de que está fuera de la veterinaria, es obvio que no quiere tener nada que ver con el veterinario, y prefiere ir al parque a jugar a buscar y traer.
Al principio parece que Enzo no reconoce dónde está. Pero entonces mira bien y observa el edificio, e inmediatamente comienza a lloriquear. Está molesto por el hecho de que mamá y papá lo hayan traído aquí en lugar de pasar un poco de tiempo de calidad con él en casa o al aire libre.
Los padres aseguran a todos que no hay nada malo con el chucho, y que esta visita es sólo un chequeo de rutina. Pero incluso si es un chequeo de rutina, a Enzo no le gusta nada. Se pone nervioso en el asiento trasero mientras los padres ríen por la reacción de su perro. ¡No puedo culparlos, pues es gracioso de ver!
¡Haz clic en el enlace de abajo para ver a Enzo desmoronarse al ver la oficina del veterinario! ¿Te recuerda a algún perro que conoces? Si es así, ¡comparte este video con su dueña/o y fíjate si se siente identificada/o!