¿Alguna vez patinaste? Yo claro que lo he hecho, crecí pasando los fríos meses invernales con mis patines puestos. Ya sea en una pista, en un estadio o en la pista que el papá de mi mejor amiga nos hizo quedándose fuera en el patio en temperaturas bajo cero con una manguera en su mano, a diferentes horas del día y de la noche. Aprendí a patinar a edad muy temprana.
Al principio era patinaje artístico. Pero como me pasaba más tiempo con ataques de ira por caerme que deslizándome sobre el hielo, me di cuenta de que los patines de hockey me quedaban mejor. Además, me gustaba la forma en que podía reclinarme, poner el filo en ángulo y rociar hielo cuando me detenía.
Sí, los patines de hockey me resultaban fáciles, pero también me mostraron la habilidad que se requiere para ponerse unos patines de patinaje artístico y dominar el hielo. Elegancia, gracia, belleza, agilidad, esos eran términos que me fallaban, pero son impresionantemente vívidos en esta pareja de patinadores chinos, Sui Wenjing y Han Cong. No son nada menos que cautivantes.
Por no mencionar que son algo fuera de serie: la pareja llevó a casa la medalla de plata en las Olimpíadas de 2018, fueron campeones mundiales en 2017 y medalla de plata del mundo en 2016 y 2015, además de dos veces ganadores de la medalla de bronce en la final del Grand Prix en 2014 y 2010. También tengo que mencionar que son cuatro veces campeones del Cuatro Continentes, tres veces campeones mundiales junior, campeones de la final de Grand Prix Junior y dos veces campeones nacionales en China. Sencillamente, guau.
Con esa cantidad de impresionantes premios y galardones, un podría esperar una formidable actuación de esta pareja. Todos sabían que cuando estos dos honran el hielo son capaces de prenderle fuego. Su rutina en las Olimpíadas Invernales de 2018, en Pyeong Chang, fue con la versión de KD Lang del clásico de Leonard Cohen “Hallelujah”, y es fabulosa de principio a fin.
Su capacidad de control y economía de movimientos les da la velocidad y precisión para lograr cumplir con todos los requisitos técnicos. Además, su gracia y la fluidez de sus movimientos añadidas a esta magnífica actuación hacen que sea literalmente una obra de arte en movimiento sobre el hielo. Si triple flip es “…absolutamente glorioso…”. Es una complicada maniobra para cualquier profesional experimentado. Están completamente sincronizados, siendo reflejo uno del otro en cada movimiento mientras demuestran su confianza y el duro trabajo en cada latigazo, ascenso, giro y vuelta. Desde el comienzo hasta el fin esta apasionada actuación llevó al juez a decir: “… y es por esto que son los campeones del mundo…”.
Haz clic en el video de abajo para ver a este impresionante pareja dominar el hielo con una actuación certera y digna de todos los premios.