Disfruto de bailar, pero la verdad es que sencillamente no soy buena en ello. Pero lo que me falta de ritmo o talento, me gusta pensar que lo compenso con entusiasmo y total absurdo.
Para algunos, bailar no es algo que hacen por diversión o para sacarse las ganas. Mientras que la mayoría de nosotros baila en su cocina o en su sala con amigos o familiares, hay personas que se toman el baile con gran seriedad. Para ellos, puede ser un pasatiempo o un deporte en el que intentan ser los mejores, o son profesionales y el baile es su trabajo.
No siempre pensamos de esta manera, pero algunas personas viven de la danza. Pueden ser bailarines, profesores, coreógrafos o una combinación de esas cosas. Podrías pensar “Me encantaría bailar para vivir”, pero lleva mucho trabajo y dedicación ser un bailarín profesional, por no mencionar el talento necesario.
Pero incluso en un salón lleno de dedicados y esforzados bailarines profesionales, ciertos artistas sobresalen entre la multitud. En el caso de este video, mientras expertos y meticulosos bailarines prácticamente flotan sobre el suelo intentando impresionar a los jueces y al público, un dúo de diminutos bailarines se las arregla para robarse el espectáculo.
Yasha Jeltuhin y Daniela Avanzini ya saben cómo impresionar a todos, aunque sean muy jóvenes. Está claro que aunque sean sólo unos niños, no les molesta el trabajo duro. Por supuesto, ambos están bendecidos con un increíble talento natural y tienen pasta de estrellas, pero no podrían haber logrado esta rutina sin muchísima práctica.
La pareja ataca una dificilísima rutina de Chachachá, y todos quedan encantados mientras bailan sobre el escenario con una precisión y una gracia en el Abierto de Atlanta.
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