El tiempo vuela cuando te diviertes, y el tiempo se detiene cuando no lo haces. La pobre pequeña Maggie sacó la pajilla más corta en esto cuando se separó de su familia, quien la ama y la adora, ¡durante un año y medio! Incluso a pesar de tener su microchip, esta pichicha pasó inadvertida, y su familia creyó que no volvería a verla, especialmente después de todo el tiempo pasado.
Cuando la familia recibió una llamada para que fueran al refugio local, pueden imaginar su sorpresa y deleite; ¡y se pone mejor!
Aunque ellos echaron de menos a Maggie terriblemente, ¡debe haber sido aún peor para la perrita! Sin dueños que la quieran, una cama cómoda, un hogar cálido ni comida en su tazón regularmente. No es de sorprender que cuando trajeron a la perra para esta reunión, estuviera asustada y tímida. No reconocía a nadie en la habitación y se sentía incómoda en este nuevo entorno.
Maggie se esconde detrás de una de las empleadas del refugio, una mujer que ya conoce y con la que se siente más cómoda que con cualquiera de la habitación. Sólo después de un par de minutos (¡e intentos!) que la mamá pudo romper el hielo con la perra. Esperó unos momentos y pudo extender su brazo para que la perrita la oliera y reconociera. Maggie se anima inmediatamente ¡y el vínculo es reconstruido! Todos en la habitación se emocionan y comienzan a llorar. Finalmente, Maggie está de regreso a donde pertenece.
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