Dicen que tanto perros como gatos siempre saben regresar a casa. Parece que no importa lo lejos que se vayan, incluso y están a varias ciudades de distancia, de alguna manera logran regresar milagrosamente a donde pertenecen.
Sin embargo, cuando Manora “Maru”, la Bullmastiff de 1 año de edad caminó unas impresionantes 125 millas a través de los bosques de Siberia para regresar a su hogar original, se llevó la sorpresa de su vida cuando descubrió que su dueño ya no la quería. Según su dueño, abandonó a la perra cuando descubrió que era alérgico a ella.
Pero no es sólo la larga distancia que viajó lo que hizo la historia de Maru tan viral; la bullmastiff abrió la puerta del compartimiento del tren en el que estaba hacia Novosibirsk con sus patas, bajándose del tren para comenzar su viaje de regreso a casa. La gente en el tren no pudo recuperar a la perra.
La criadora de Maru, Alla, incluso reunió una partida de búsqueda para rastrear a la perra escapada. Publicó en las redes sociales que Maru “Saltó a la puerta del compartimento, con su pata accionó el picaporte para abrirla y casi arrojó fuera al conducto” antes de saltar “como una bala”.
No fue hasta después de dos días y medio que la perra extraviada fue finalmente hallada, ¡muy cerca de la casa de su dueña en Krasnoyarsk! Maru había hecho cerca de 125 millas, y ciertamente hubiera hecho el resto del camino si no se hubiese lastimado sus patas. Se descubrió que la perra también tenía fracturada la mandíbula, ambas cosas por las que está siendo tratada.
La buena noticia, sin embargo, es que afortunadamente pudo sobrevivir a los lobos y osos salvajes, que no son raros en la ruta que tomó. Su criadora Alla estaba aliviada al descubrir que la perra estaba bastante sana y salva luego de su largo y potencialmente peligroso viaje. De hecho, Alla estaba tan feliz que lloraba. ¡Es una perra con suerte!
Está claro que la lealtad y dedicación de Maru son sólidas. Según Alla: “Estoy segura de que buscaba su casa. No huyó a Novosibirsk; quería regresar a donde vivía”.
Ya Maru está viviendo con Alla. Ya sea que Alla sea su dueña permanente o no, todo lo que sabemos es que merece el mejor hogar posible. ¡Verdaderamente se lo merece!