Todo el mundo quiere encontrar su verdadera vocación, y eso incluye a los perros. Nala es un caniche que nunca fue entrenado para ser un perro de terapia, pero parece que tiene una habilidad especial para detectar cuando la gente está enferma y necesita de su compañía. Doug Dawson trae a Nala al trabajo, a un hogar de ancianos llamado Lyngblomstein en Minnesota, EEUU todos los días. Tan pronto como llega, Nala se pone a recorrer el hogar por su propia cuenta y él dueño no la ve hasta el fin del día. [googlead] Nala toma el ascensor para visitar a los pacientes y les pone una gran sonrisa en sus rostros. ¡Realmente no me extraña que ellos crean que Nala es un ángel!