Muchos de nosotros odiamos en secreto ir al dentista. Normalmente no tenemos miedo del consultorio del dentista o del dentista mismo, pero hay en su lugar un miedo subyacente más específico. Por ejemplo, quienes temen a la sangre, el dolor, las agujas o las cirugías es más probable que desarrollen una ansiedad por el dentista. Otras potenciales razones para una fobia al dentista pueden ser el miedo a lo desconocido, preocupación por ser juzgado por el dentista, o problemas de dinero.
En un mundo perfecto todas nuestras visitas al dentista saldrían perfectamente: nada de caries, ni de sarro, encías sanas, nada de sermones del dentista ni costosos e inesperados tratamientos. Ese mundo perfecto no existe, que es la razón por la que nuestro miedo al dentista entra en juego a menudo, para empezar.
Es interesante notar que los humanos no son los únicos que temen visitar al dentista. Fritz, un labrador mezcla de 2 años y medio de Salt Lake City, Utah, tampoco es demasiado afecto a las visitas al dentista.
Al principio Fritz estaba emocionado por dar un paseo en auto con su mamá, Bret Mortimer. Sin embargo, una vez que se dio cuenta de que estaba llevándolo al dentista perruno para su limpieza dental habitual, su humor cambió inmediatamente.
Si bien la visita de Fritz al dentista fue sin problemas, y le dijeron que sus blancas perlas estaban en impecables condiciones, luego de la visita echaba humo. Sentado en el asiento del pasajero del auto de su mamá, Fritz tiene una mirada fría al girar la cabeza. Es entonces que Bret sacó su teléfono para grabar su reacción.
“Fritz, mírame. Siento haberte llevado al dentista”, le dice mientras intenta contener su risa.
Pero sin importar las veces que Bret intenta atraer la atención de su peludo hijo, él sigue aplicándole la ley del hielo.
“Muy bien, compañero. Te quiero mucho. Tuve que hacerlo”, le dice ella.
¡Fritz sigue rehusándose a ceder! Aún cuando puede ir a casa y relajarse, él sigue obcecado en lo terrible que fue la visita al dentista.
Según Bret, “es un humano atrapado en el cuerpo de un perro, lo juro”.
Aunque Fritz puede tener una reacción frente al dentista similar a la nuestra, es lamentable que no podamos comprender la importancia de ir al dentista para un chequeo regular. Pero al menos su mamá sabe que lo hace por su bien al llevarlo. Todo lo que importa es que la salud dental del can es la que debe ser.
¡No dejes de ver la reacción de Fritz luego del dentista abajo! Si quieres ver más videos cómicos de Fritz, no dejes de seguirlo en Instagram.