Según la Asociación de Médicos Veterinarios de América, el 36,5 de los propietarios de casas tienen un perro. Este no es, sin embargo, un número exacto. No hay forma de saber el número real, y no hay censo de mascotas y animales de compañía, pero el libro de referencia de Propietarios de mascotas en EE.UU. y demografía aplica una fórmula para determinar la cantidad de hogares con mascota.
Independientemente de cuánta gente tiene mascotas realmente, puedo estar segura de que casi todos ellos son más felices y tienen vidas mejores por ello. Científicamente, tener una mascota reduce la ansiedad, el ritmo cardíaco y la presión arterial, y alarga la vida de las personas. Dejando de lado la ciencia, los perros traen a nuestra vida una alegría que no puede ser reemplazada.
Lo mejor de mis perros es que sin importar qué día sea, para ellos siempre es el mejor día. Puedo despertar cansada por el día (o la semana, o el mes) anterior, pero ellos despiertan felices de que el día finalmente haya comenzado de manera que puedan comenzar su ocupado programa de pasear, comer, pasear, comer y pasear nuevamente. Entre esos importantes quehaceres, también está repantigarse, hacer una siesta, jugar con sus juguetes y comer galletas. Es un programa muy ajetreado, pero de alguna manera se las arreglan para no cansarse o ponerse irritables jamás, que es mucho más de lo que puedo decir de la mayoría de sus contrapartes humanas.
De hecho, cuando pienso en su día y en su vida desde mi perspectiva, su mundo parece pequeño, y sus días repetitivos —incluso comen lo mismo todos los días. Pero ellos se sienten cómodos con su rutina, sabiendo que siempre estaré allí para ellos, y sabiendo que otra caminata, otra galleta u otro momento de juegos están a la vuelta de la esquina.
De los perros podemos aprender ciertamente a apreciar las alegrías simples de la vida. Ya sea la misma comida que has comido miles de veces antes, una cama abrigada o una manta acogedora, o el sol sobre tu panza mientras descansas en el césped, todo merece ser saboreado y disfrutado.
El adorable perro de este video sabe que lo simple en realidad puede ser muy divertido. No necesita unas lujosas vacaciones en la playa o una enorme y hermosa piscina para sacarle el jugo al clima cálido. Todo lo que necesita es a su amigo humano y una manguera de jardín. Sólo con una manquera y agua, él mismo inventa un juego, y se divierte un montón.
¡Mira a este adorable chucho en el video de abajo!