Viajar te permite conocer personas que normalmente no encuentras todos los días. Te saca de la rutina y te pone en situaciones nuevas que amplían tus horizontes y te hace ver las cosas de manera diferente. Es emocionante, excitante y te fuerza a aprender cosas nuevas sobre los demás y sobre ti misma. ¡Siempre es una experiencia de aprendizaje!
Cuando Denny Kulich abordó el avión, encontró su asiento, acomodó su equipaje de mano y se instaló como lo había hecho tantas veces antes, no pensó que esta vez sería diferente en absoluto. Pero una conversación que oyó al pasar cambió todo.
Denny acababa de abrir su libro y estaba pensando en lo agradable que sería relajarse y tomar una siesta cuando advirtió una fila de soldados bajando por el pasillo y ocupando los asientos a su alrededor.
Decidió entablar conversación y se enteró de que los soldados iban de camino a un entrenamiento especial de dos semanas antes de ser movilizados a Afganistán.
Luego de alrededor de una hora de vuelo, una azafata anunció que había disponibles almuerzos ligeros por $5 cada uno. Denny buscó en su bolsillo, hambriento, listo para comprar uno para sí cuando escuchó al pasar que uno de los soldados le preguntaba a su compañero si iba a comprarse uno. “No, eso me parece demasiado dinero para un almuerzo ligero. Probablemente no valdrá la pena por cinco pavos. Esperaré a que lleguemos a la base”.
¡Parecía que nadie más iba a comprar un almuerzo, tampoco! Todos se aguantaban. Sin pensarlo dos veces, Denny supo lo que quería hacer. Sacó un billete de $50 de su billetera y lo tendió a la azafata diciendo: “Sírvale almuerzos a todos esos soldados”. Ella quedó asombrada, sus ojos se humedecieron y tomó el brazo del amable hombre diciendo: “Mi hijo era soldado en Irak. Es casi como si lo hiciera por él”. Y la bondad no quedó allí.
Lo siguiente que supo Denny fue cuando le preguntaron si quería pollo o carne, y apareció un almuerzo de primera clase para él. Luego de que comió, un pasajero lo detuvo de camino al baño y dijo: “Vi lo que hizo. Quiero ser parte de ello, tome esto”. El pasajero le tendió a Denny $25. Hasta el capitán de vuelo vino personalmente a agradecer a Denny, le dio un apretón de manos y compartió esta historia: “Yo era soldado, y piloto militar. Una vez, alguien me compró un almuerzo. Fue un acto de bondad que nunca olvidé”. ¡Y dos pasajeros más le dieron $25!
Una vez que aterrizaron y desembarcaron, Denny caminó hasta la terminal, despidió a los soldados y les dio los $75 que había acumulado. Les tendió el dinero diciendo: “Les llevará algún tiempo llegar a la base, necesitarán un bocadillo. Dios los bendiga”. En la publicación de Facebook, Denny terminó esta historia diciendo: “Cuando me dirigía rápidamente a mi auto, susurré una oración por su regreso a salvo. Esos soldados estaban dando todo por su país. Sólo había podido darles un par de comidas. Parecía tan poco…”.
Este momento fue muy emotivo para los soldados, y uno del que el hombre mismo debería estar muy orgulloso.
Haz clic en el video abajo para ver otro conmovedor incidente entre un soldado y el piloto del avión. No querrás perdértelo.