Un hecho bien conocido: los cachorros son, básicamente, las cosas más adorables de este planeta. Esos pequeños paquetes peludos de alegría con sus diminutas narices, dientes afilados como agujas, torpes zarpas, sentimentales ojillos y, por supuesto, aliento a cachorro, son absolutamente irresistibles. Puedes acercarte al tipo más grande, corpulento, duro y con el carácter más recio, pero si le das un cachorro, se derretirá y acariciará a la pequeña criatura. Es un hecho científico. Incluso puede que balbucee infantilmente.
Puedo admitir que indudablemente no soy inmune al poder de los cachorros. Puedo pasar horas mirando videos y fotos de cachorros en Internet.
Si encuentro uno en público, es como si fuera atraída por él por una innegable fuerza magnética. Me aproximaré al dueño del cachorro y le haré un millón de preguntas. Invariablemente, una de esas preguntas será “¿Puedo abrazarlo?”. Si soy afortunada y dice “Sí”, pasaré unos arrobados minutos con el diminuto bebé envuelta en su cálido aliento. Espero no llevar ropa limpia, porque hay buenas posibilidades de que ruede por el suelo y juegue con él.
Mis propios perros son el producto de mi amor por los cachorros. Como perros grandes, ya adultos, no es difícil advertir que han sido malcriados de cachorros, y aún son malcriados en la actualidad. Cuando eran pequeños, no había manera de que les negase algo. Así que hoy ruegan por comida, duermen sobre el sofá y yo dejo de hacer lo que esté haciendo para jugar con ellos a la pelota o llevarlos a pasear.
El adorable cachorro de este video conoce su poder. Puede que sus padres humanos no quieran que esté en la habitación, pero claramente él tiene ideas diferentes.