Advertencia: este video es difícil de ver. No es gráfico, pero si eres como yo, sencillamente puede romperte el corazón. Fuera de una tienda Target en Rowland, California, una pareja de hermano y hermana venden golosinas con la esperanza de hacer algo de dinero. Por lo que sé, no es diferente de las Niñas Exploradoras vendiendo sus carísimas galletas (por supuesto que son riquísimas, y sí, por supuesto que las compro) o los Niños Exploradores vendiendo sus palomitas de maíz de microondas a granel, que nadie come jamás pero lo compras de todas formas porque esos jovencitos quieren ir de campamento o lo que fuera. El exterior de una supertienda es un lugar excelente para vender cosas y conseguir montones de clientes. No es como si esos niños estuvieran mendigando (aunque no hay nada de malo en ello, tampoco), sencillamente venden golosinas.
Una señora mayor aparece y claramente piensa que hay algo de malo en esto. Podría simplemente haber pasado de largo, rehusándose a comprar golosina alguna. Es su elección. Pero ¿qué hace en realidad? Comienza a gritar a la niña. Es desagradable y ofensiva, y ciertamente se aleja mucho de la decencia, la buena educación y la amabilidad. Va tan lejos que la pequeña comienza a llorar. Es entonces que otro parroquiano, Jay Lopez, interviene y rescata a la niña.
“Lo compraré todo”, dice el hombre en referencia a las golosinas. “Voy a comprarle todo, y voy a regalarlo a toda esta gente. Debería estar avergonzada.”
Fue un enorme alivio cuando apareció Jay, ciertamente para los niños y para todos los que ven el video. Es difícil para mí comprender cómo y por qué esta mujer puede ser tan mala. ¿Cómo llegó a esa edad y aún así seguir siendo tan ignorante? Aunque nunca comprenderé sus deplorables acciones, agradezco que haya hombres como Jay dispuestos a intervenir, defender y hablar por gente en situaciones como esta.