Cuando estaba en la escuela teníamos la posibilidad de elegir entre dos clases optativas. Podíamos tomar actividades prácticas, que no me emocionaba en absoluto. Hasta el día de hoy soy terrible en la cocina y si me sientas frente a una máquina de coser, no tendré la menor idea de qué hacer con ella. La otra opción era la banda. Ahora, quizás tengas en la cabeza esa imagen de los “ñoños de la banda”, pero en nuestra escuela los chicos de la banda en realidad eran bastante geniales.
Tocaban en reuniones y conciertos, y como la banda tenía un director bastante progresista, en realidad la banda tocaba música moderna popular. Un montón de escolares tocando instrumentos juntos suena como una receta para el desastre, pero en este caso funcionaba, y bastante bien, en realidad. Por mi falta de interés en mejorar mis habilidades domésticas, me uní a la banda y tocaba el saxofón.
¿Por qué elegí el saxo? Porque mi hermano lo tocaba antes que yo, por lo que ya teníamos uno. Estaba atrás de todo, y era absolutamente terrible. Para ser honesta, la mayor parte del tiempo sólo simulaba tocar. Pero al día de hoy sigo impresionada con la habilidad y el talento de un montón de chicos de 10 a 12 años. Particularmente impresionante era la sección de percusión, aunque por supuesto que no eran nada parecido al ritmo impresionantemente talentoso de este video.
Cuando el Cuerpo de Tambores de Máximo Secreto entra al magnífico y algo misterioso escenario del Tattoo de Edimburgo, en Escocia (un Tattoo militar es una presentación musical militar), mi corazón comenzó a acelerarse y me descubrí incapaz de respirar durante toda la presentación. Están perfectamente sincronizados, jamás pierden el ritmo o cometen un error, y van subiendo la apuesta con sus impresionantes habilidades a medida que la presentación avanza hasta un asombroso gran final.
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