A veces la vida nos da sorpresas, incluyendo algunas que no son afortunadas. Pero, como dicen, no se trata de lo que te pase, se trata de qué haces con ello.
Dagmar Turner, de 53 años, de la Isla de Wight, Inglaterra, por supuesto, no estaba feliz cuando le diagnosticaron un enorme tumor cerebral maligno de grado dos luego de sufrir una convulsión en 2013. Nunca pensó que le sucedería a ella. La inglesa era madre, consultora en gestión retirada y tocaba su violín en sinfonías. Que su vida se detuviese, o posiblemente se interrumpiera permanentemente, debido a su diagnóstico era algo difícil de aceptar.
Luego, en octubre de 2019, los médicos descubrieron que su tumor había crecido mucho y estaba creciendo a un ritmo más acelerado. Por esa razón, aceptó una cirugía para quitarlo.
El doctor Keyoumars Ashkan, profesor y neurocirujano en el Hospital King’s College, explicó los riesgos de la cirugía. Como el tumor estaba ubicado en el lóbulo frontal de su cerebro, le advirtieron que podría perder su motricidad fina. En consecuencia, probablemente tendría problemas para tocar el violín.
El Dr. Ashkan, que tiene un título en música y toca el piano en su tiempo libre, sabía lo mucho que podría significar para Turner poder preservar su motricidad fina. Entonces, antes de la cirugía de su paciente, él y su equipo observaron el cerebro de Turner durante dos horas para ver qué partes estaban más activas mientras ella tocaba el violín.
Entonces decidieron que una manera de asegurar que las partes motoras de su cerebro no fueran dañadas por el procedimiento era permitir que Turner tocase su instrumento mientras el tumor era removido.
“Sabíamos lo importante que era el violín para Dagmar, así que era vital que preservásemos la función en áreas delicadas de su cerebro que le permiten tocar. Nos las arreglamos para quitar el 90% del tumor, incluyendo todas las áreas sospechosas de actividad agresiva mientras que conservamos totalmente la función de su mano izquierda”, dijo el médico.
Lo que hizo el equipo médico fue abrir su cráneo mientras Turner estaba dormida. Luego, justo antes de remover el tumor, Turner fue despertada de su estado anestesiado para que pudiera tocar el violín. Fue monitoreada de cerca por los cirujanos, terapistas y anestesistas durante el proceso.
“King es uno de los centros de tumor cerebral más grandes del R.U.. Realizamos alrededor de 400 extirpaciones (remoción de tumores) por año, lo que a menudo involucra despertar pacientes para hacer pruebas de habla, pero esta fue la primera vez que hice que un paciente toque un instrumento”.
La cirugía puede haber sido inusual, pero fue un éxito. Turner estaba extasiada con el resultado final, y pudo ir a casa apenas tres días después de la operación.
“El violín es mi pasión; lo he tocado desde que tenía 10 años de edad”, dijo Turner. “El solo pensar en perder mi capacidad de tocarlo era desgarrador, pero siendo él mismo músico, el Profesor Ashkan comprendió mi preocupación. Él y su equipo en King lo hicieron todo para planificar la operación, desde mapear mi cerebro hasta planear la posición en la que debía estar para tocar. Gracias a ellos, espero regresar a tocar con mi orquesta muy pronto”.
El Dr. Ashkan es sin duda un médico muy cariñoso y empático. Que haya personas como él en el ámbito médico es exactamente lo que necesitamos.
El video de abajo tiene filmaciones de Turner tocando su violín durante la cirugía, por si quieres verlo. (No te preocupes; ¡no es gráfico ni sangriento!