Tara Wood ha criado a una niña muy especial. Norah, de 4 años de edad, ama a la gente mayor y explica esa afinidad única a su madre. Muy sabia para su corta edad, Norah se da cuenta de lo que la gente mayor tiene para ofrecer y disfruta su presencia. Mientras que algunos jovenzuelos pueden estar incómodos cerca de gente mayor, Norah es exactamente lo opuesto.
El día anterior a que Norah cumpliese cuatro, su madre la llevó a la tienda para comprar pastelillos para su fiesta. Luego de elegir pastelillos de cumpleaños, Tara se detuvo distraída en la sección despejada y se encontró junto a un anciano caballero. Y como hacen los niños, la sociable Norah le habló directamente: “¡Hola, anciano! ¡Hoy es mi cumpleaños!, dijo ella emocionada.
Tara estaba comprensiblemente avergonzada porque hubiera usado la palabra ‘anciano’ y comenzó a disculparse. Sin embargo, el anciano caballero tuvo una respuesta sorprendente para la pequeña y su madre.
Tara Wood es madre, ama de casa y escritora. Norah es sólo uno de los 7 hijos que tiene con su marido.
Cuando Norah quiso pastelillos para compartir con sus hermanos en su cumpleaños, su madre la complació.
Cuando Norah llamó a otro parroquiano en la tienda “anciano”, Tara se sintió avergonzada inmediatamente. Pero el caballero no se molestó en absoluto.
Esto es lo que tenía para decir: “¡Bueno, hola pequeña dama! Y ¿cuántos años cumples hoy?”. Luego de una breve conversación, cada uno se fue por su lado. Pero Norah quería una foto de cumpleaños con su nuevo amigo, así que lo buscó en la tienda.
Norah y el anciano, el Sr. Dan, compartieron unos minutos de charla y fotografías. Incluso Tara tuvo su foto con su nuevo compañero. Cuando llegó el momento de irse, le dieron las gracias y él dijo: “No, gracias a USTEDES. Este ha sido el mejor día que he tenido en mucho tiempo. Me ha hecho usted muy feliz, Señorita Norah”.
Más tarde, Tara compartió el maravilloso encuentro en su página de Facebook, y una lectora reconoció al Sr. Dan. Ella dijo a Tara que su esposa había fallecido hacía poco tiempo, y que había estado bastante solitario. Tara le preguntó su número de teléfono y lo llamó.
El Sr. Dan invitó a Norah y a su mamá a su casa, y compartieron varias horas maravillosas juntos.
Norah pregunta a menudo por su nuevo amigo. Se preocupa por él, pero el Sr. Dan aseguró a Tara que se siente mucho mejor ahora. “El Sr. Dan piensa en Norah también. Luego de otra visita reciente, reveló que no había tenido una noche de sueño ininterrumpido desde la muerte de su esposa. Me dijo que ha dormido y roncado toda la noche desde que conoció a mi niña”, dijo Tara.
Norah y Tara hacen un esfuerzo para visitar al Sr. Dan todas las semanas.
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