Halloween acaba de pasar, y el estereotipo más común de Halloween es el vecino ermitaño que vive sólo y no se hace amigo de otros vecinos. A menudo su casa está ruinosa y los niños del vecindario se turnan para estar aterrados mientras huyen de la casa “espeluznante”. Pero la cosa es esta: El estereotipo depende de la idea de que la persona que vive en esa casa es de alguna manera no amigable, o maligna. Pero ese no es necesariamente el caso, para nada.
Anne Glancey vive en el municipio de Hamilton, Nueva Jersey, y fácilmente podría ser confundida con ese “vecino maligno de la casa espeluznante”. Maestra retirada, Anne era un poco ermitaña y no tenía amigos o familia para mencionar. Kristin y Adam Polhemus, un matrimonio joven, se mudaron a la casa de al lado de Anne e hicieron un esfuerzo por hacerse sus amigos. Entonces fue que supieron que enfrentaba multas de miles de dólares por el mal estado de su casa. Cuando la pareja se ofreció a ayudar, Anne cambió de tema. Entonces decidieron hacerse cargo y ayudar a su vecina.
Anne enfrentaba 1.000 dólares al día en multas por la pintura descascarada, un viejo auto oxidado y un descuidado jardín. No tenía el dinero para hacer las reparaciones necesarias.
Kristin y Adam Polhemus se hicieron amigos de su solitaria vecina y querían ayudar.
Kristin y Adam consiguieron la ayuda de sus vecinos y se hicieron cargo de arreglar las violaciones al código.
Amigos y vecinos estuvieron más que dispuestos a ayudar en el proyecto.
Muy pronto la ermitaña Anne comenzó a interactuar con quienes la ayudaban.
Quitaron la vieja pintura y pintaron nuevamente la casa, quitaron el viejo auto y revitalizaron el jardín.
Anne trae a sus vecinos y recién adquiridos amigos un refrigerio y bebidas mientras trabajan en la casa.
Les llevó la mayor parte del verano, pero la casa de Anne quedó limpia y todas las violaciones al código y multas fueron eliminadas.
¡Qué historia asombrosa de bondad y vecinos ayudando a vecinos!
Fuente: HeroViral