Para muchos dueños de motocicletas, andar en ellas no tiene que ver con transportarse, es un modo de vida. Tengo que admitir que, aunque siempre me encantó la idea de poseer una moto, jamás me subí a una. Hablando con amigos que lo hacen, me explicaron que las motos les dan una sensación increíble y única de libertad que no puede sentirse de ninguna otra forma. No es de sorprender que la cultura de las motos tenga raíces en los fuertes lazos entre sus miembros… lazos quizás tan fuertes como los de cualquier familia.
Cuando Ray Weser era adolescente, se enamoró de las motos. Ray tuvo que ir a la guerra, pero su pasión jamás desapareció, ¡y trabajó durante 24 años para Harley-Davidson! Ray era un ávido motociclista, pero con la edad su salud declinó y ya no fue capaz de seguir conduciendo motos.
Ray tiene 101 años de edad y tenía un último deseo: Andar en una Harley-Davidson una última vez. Aunque le doliera hacerlo, quería un último paseo oficial por el desierto que él llama hogar. Corrió la voz del último deseo del anciano veterano y los Veteranos de Guerras en el Extranjero se combinaron con la Franquicia del Gran Cañón de Harley-Davidson para hacerlo posible.
“Él es una persona de Harley de toda la vida, que vive realmente el momento y por eso esto es algo fantástico”, explicó la nieta de Weser, Jennifer Miller.
Mira el video de abajo y observa el absoluto deleite en el rostro de Weser. ¡Qué momento maravillosamente conmovedor!