Gracias a la tecnología y al nivel de conocimientos médicos que tenemos en la actualidad, podemos estar más cerca de bebés nonatos que nunca antes. Con los ultrasonidos, por ejemplo, podemos “conocer” al feto mucho antes de que él o ella esté listo para hacer su gran entrada al mundo, ayudándonos a determinar como se verán y si están creciendo y desarrollándose como se esperaba.
Aunque el ultrasonido no se usa solamente en humanos sin que puede usarse en animales, grandes y pequeños, Jenni y Guy decidieron no hacerle un ultrasonido a su yegua preñada, Treliver D’Aquitaine (“Daisy”). ¡Imagínense su sorpresa cuando Daisy, que tenía siete días de atraso, dio a luz no uno, sino dos potrillos!
Jenni y Guy, quienes estaban en la escena del parto de Daisy, estaban por casualidad esperando a que el potrillo de Daisy se pusiera de pie por primera vez, cuando advirtieron que su amada yegua estaba teniendo contracciones una vez más.
“Toqué dentro de ella y sentí dos patas, Guy regresó al establo y le dije que sacara al segundo bebé lo antes posible, y mientras yo la abrazaba, teníamos el corazón en la boca esperando a ver si el segundo potro viviría, ¡¡y la potranca lo hizo!! Respiraba…”, dijo Jenni, totalmente sorprendida.
Finalmente, el bebé número dos, una hembra, llegó en un parto de nalgas, pero sobrevivió.
“Era pequeña pero fuerte y luchadora, quiso pararse a los pocos minutos y estaba lista para mamar en cuanto se puso de pie”, dice Jenni.
Lo que hace tan especial este momento no es el hecho de que Guy y Jenni no esperaran que Daisy tuviese dos potrillos, sino el hecho de que la mayoría de las yeguas normalmente paren un sólo potrillo cada vez. Los mellizos son muy raros entre los equinos, pero si sucede, el segundo potrillo normalmente muere antes, o poco después del parto, pero en el caso de Daisy, ¡ella parió dos bebés sanos!
Los mellizos de Saratoga fueron llamados Don Quixote y Duet, y están muy bien. ¡Qué gran noticia para Daisy y sus dueños!
“No salieron mucho aún, pero cada día los sacamos más tiempo, y ahora salen con otras yeguas y sus potrillos, y los mellizos están siempre juntos como pegados… cuando una nueva yegua se acerca a ellos, corren hacia Daisy, quien tiene una gran presencia en el potrero, y nadie se mete con sus bebés…”.
¡Entérate de más sobre el milagroso doble parto de Daisy abajo!